En medio de un debate creciente sobre el Impuesto de Sucesiones y Donaciones (ISD) en España, un nuevo análisis revela que cerca de la mitad de los herederos no se verían afectados fiscalmente, incluso si se eliminaran las bonificaciones actuales. Este impuesto, a menudo criticado como una carga excesiva, demuestra, según los datos, tener un impacto asimétrico que favorece al 10% de los hogares con mayor riqueza.
El Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) ha puesto de manifiesto que las bonificaciones del ISD benefician predominantemente a los sectores más acomodados de la población. Muchos herederos, debido a que sus patrimonios no alcanzan los umbrales de tributación, quedan exentos del pago del impuesto. Según datos del Banco de España, la riqueza mediana de los hogares cuyos jefes de familia tienen entre 65 y 74 años se sitúa en 225.800 euros, bajando ligeramente a 221.400 euros para aquellos mayores de 75 años. Esta distribución del patrimonio sugiere que la mayoría de las herencias no alcanzan el umbral que requeriría tributación.
Mientras las reducciones en la base imponible de hasta un millón de euros y las bonificaciones del 99% en el ISD, instauradas por varias comunidades autónomas, tienen poco efecto sobre las familias con patrimonios medios, continúan alimentando la desigualdad fiscal al favorecer a los hogares más acaudalados. Gestha aboga por una armonización del ISD entre comunidades autónomas para limitar estas bonificaciones, lo que podría promover una equidad tributaria más justa y fortalecer las finanzas autonómicas.
Desde un punto de vista económico, informes de organismos internacionales como la OCDE y el FMI subrayan que un impuesto progresivo sobre las herencias puede mitigar la concentración de riqueza y abordar la desigualdad. En naciones sin este impuesto, la acumulación de patrimonio entre los más adinerados es considerablemente mayor. De acuerdo con el Banco de España, la riqueza financiera neta de los hogares españoles alcanzó los 2,3 billones de euros al final del tercer trimestre de 2024, un incremento del 11,7% respecto al año anterior. Este aumento está concentrado en el 10% de la población con mayores ingresos, enfatizando la necesidad de una política fiscal equilibrada.
Un estudio de la OCDE de 2021 destaca la disparidad en las herencias: los hogares más ricos reciben, en promedio, herencias hasta 50 veces superiores en comparación con los hogares más pobres. Esta disparidad subraya la desigualdad existente en la distribución de la riqueza en España.
La reforma del ISD, enfocada en eliminar las bonificaciones, podría no afectar a un gran número de herederos, pero una armonización del impuesto evitaría la competencia fiscal entre comunidades, que actualmente beneficia a las rentas más elevadas. Actualizar el ISD y revisar el modelo de financiación autonómica son pasos esenciales para garantizar una fiscalidad más equitativa y equilibrada. La concentración de riqueza en las capas más privilegiadas de la sociedad refuerza la necesidad de un impuesto progresivo que permita una redistribución más justa de los recursos. Una reforma adecuada podría asegurar que las herencias millonarias no queden libres de tributación, garantizando así la sostenibilidad del sistema fiscal y promoviendo la justicia económica.
Fuente: Gestha
