En Sant Pere de Ribes, un pequeño municipio catalán entre la sierra de Barcelona y el Mediterráneo, se vivió con gran expectativa la final de la Eurocopa femenina. La figura local, Aitana Bonmatí, es vista como una heroína del pueblo. La comunidad se congregó en el casco medieval y en el centro cultural El Local, donde se instaló una pantalla gigante para seguir el emocionante enfrentamiento contra Inglaterra. La selección española, actual campeona del mundo, comenzó fuerte con un gol de Mariona Caldentey, resultado de un centro preciso de Ona Batlle, desatando la euforia entre los 30,000 habitantes que apoyaron con fervor. Sin embargo, el ambiente cambió en la segunda mitad cuando Alessia Russo empató el marcador, llevando el partido a una tensa tanda de penaltis.
A pesar del desempeño impecable de la selección durante el torneo —imbatidas y con el mejor registro goleador—, la final no terminó como esperaban los seguidores españoles. En Basilea, el equipo inglés logró alzarse con el título en los penaltis, dejando a España sin su ansiada Eurocopa. Aitana Bonmatí, a sus 27 años y con dos Balones de Oro, fue crucial en el camino a la final, incluidos momentos memorables como su gol en semifinales ante Alemania. La derrota, sin embargo, fue particularmente dura para Sant Pere de Ribes, donde la decepción entre los aficionados enmudeció la celebración. La expectativa de una victoria histórica terminó en un silencio con cierto sabor amargo, pero con el orgullo aún intacto por la destacada participación de su estrella local.
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