La directora del Servicio Secreto, Kimberly A. Cheatle, ha admitido ante el Congreso que el intento de asesinato de Donald Trump es el «mayor fallo» de la agencia en décadas. Durante su comparecencia, los republicanos exigieron su dimisión y el congresista Mike Turner insinuó que Cheatle sería culpable si Trump hubiese muerto. Cheatle asumió la responsabilidad pero evitó responder ciertas preguntas, alegando una investigación en curso. El ataque levantó críticas por la falta de seguridad en el mitin de Butler, Pensilvania, donde un joven armado logró disparar a Trump. La incertidumbre sobre los fallos de seguridad persiste, y se ha ordenado una investigación independiente.
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