En las cocinas de muchos hogares, la manera en que se almacenan los huevos puede afectar notablemente su frescura. A menudo, estos se guardan en sus envases de cartón o en la huevera del frigorífico, sin prestar atención a la colocación. Sin embargo, un consejo compartido por un usuario de Instagram destaca un detalle sencillo que puede prolongar la vida útil de este alimento esencial: almacenar los huevos con la punta fina hacia abajo.
Este método se basa en la anatomía del huevo, específicamente en su cámara de aire, que se encuentra en la parte más redonda. Al colocar los huevos en esta posición, la cámara de aire permanece en la parte superior, lo que ayuda a mantener la frescura durante más tiempo. Además, esta disposición permite que la yema se mantenga centrada, evitando el contacto con la cáscara y retrasando así el deterioro. Con este simple cambio en la forma de almacenarlos, los consumidores pueden disfrutar de huevos más frescos y duraderos.
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