La rosácea, una afección cutánea que aqueja a millones de personas alrededor del mundo, ha sido erróneamente asociada con la exclusión de la exfoliación de cualquier rutina de cuidado facial. A lo largo de los años, esta práctica ha sido evitada por quienes padecen esta condición debido a la creencia de que podría incrementar la sensibilidad y el enrojecimiento característicos. No obstante, un nuevo enfoque promovido por expertas de la industria cosmética desafía este paradigma, abogando por la exfoliación física como un componente fundamental en el manejo efectivo de la rosácea.
Raquel González, cosmetóloga y fundadora de la marca Byoode, se ha convertido en una ferviente defensora de la exfoliación para pieles con rosácea. Según González, una exfoliación adecuada puede no solo reducir el enrojecimiento, sino también combatir la hipersensibilidad y la sensación de tirantez en la piel afectada. Este tratamiento contraviene las advertencias tradicionales, presentando la exfoliación no como un agresor, sino como un aliado en la lucha contra los síntomas de esta condición de la piel.
La rosácea se manifiesta a través de una inflamación y enrojecimiento característicos, a menudo exacerbados por factores externos como cambios climáticos, estrés o alimentación. Estefanía Nieto, directora de dermocosmética en Medik8, subraya la reactividad de la enfermedad ante estos estímulos. Mientras tanto, Mireia Fernández de Perricone MD pone énfasis en que problemas como el exceso de grasa y la proliferación del ácaro Demodex son factores que agravan el cuadro clínico.
El papel del Demodex, un ácaro presente en la piel humana, se ha señalado como significativo en el agravamiento de la rosácea. Ana Yuste, directora de dermocosmética de Rosalique, destaca que la exfoliación física tiene el potencial de reducir la población de este ácaro, eliminando células muertas y residuos grasos que proporcionan su sustento. Este proceso no solo limpia la epidermis, sino que también ayuda a equilibrar la microflora cutánea, aliviando así los síntomas de la enfermedad.
La exfoliación física también trae consigo el beneficio adicional de mejorar la microcirculación sanguínea en el rostro, señala Mireia Fernández. Al activar la circulación, se promueve la renovación celular y se potencia la salud general de la piel. Complementariamente, Estefanía Nieto resalta que la exfoliación contribuye a regular la producción de sebo, un elemento clave en el tratamiento integral de la rosácea.
A pesar de sus múltiples beneficios, las expertas advierten sobre la importancia de la moderación. La recomendación general es realizar exfoliaciones dos o tres veces por semana, combinando el proceso con productos calmantes e hidratantes para evitar posibles irritaciones.
Entre los productos recomendados para la exfoliación de pieles con rosácea se encuentra Adzuki & Ragi Fantasy de Byoode, un innovador exfoliante en polvo que ofrece microexfoliación física complementada con acción química, disponible por 39 euros en Amazon y Byoode.com. Omorovicza propone su Gentle Buffing Gelée, un limpiador exfoliante enriquecido con partículas naturales y extractos regeneradores, disponible por 73 euros en Purenichelab.com. Para una opción más completa, la fórmula Rosalique Anti-Redness Miracle Formula 3 in 1 provee hidratación, corrección del color y protección solar SPF50, valorada en 34,95 euros, también en Purenichelab.com.
En definitiva, la exfoliación física, realizada de manera controlada y con productos específicos, emerge como una herramienta poderosa en el cuidado de la rosácea, abriendo nuevas oportunidades para quienes buscan controlar esta compleja condición cutánea.