Robert F. Kennedy Jr., secretario de Salud durante la administración de Donald Trump y conocido por su escepticismo hacia las vacunas, visitó Seminole, Texas, a raíz de un brote de sarampión que ha causado la muerte de una niña menonita de ocho años. La comunidad menonita, donde se originó el brote, ha visto trágicamente afectada, con la segunda muerte desde 2015 debido a esta enfermedad. Kennedy, quien ha enfrentado críticas por sus posturas anteriores sobre la vacunación, asistió al funeral de la niña y destacó, a través de un mensaje en redes sociales, la importancia de la vacuna triple vírica como la forma más efectiva de prevenir contagios. Pese a su reciente aprobación de la vacunación, su previa prescripción de tratamientos alternativos ha generado casos de toxicidad por vitamina A en menores hospitalizados, situación que ha exacerbado la preocupación en la región.
El brote de sarampión se ha expandido desde el condado de Gaines, en el oeste de Texas, hacia estados vecinos como Nuevo México, Oklahoma y posiblemente Kansas, con un total de 569 casos reportados. La comunidad menonita, caracterizada por su aislamiento del sistema sanitario, podría tener un subregistro de casos. En respuesta, el Departamento de Salud federal colabora con autoridades locales y ha desplegado equipos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. El senador republicano y médico Bill Cassidy urgió a Kennedy y a otros responsables sanitarios a apoyar claramente la vacunación, ante el inminente riesgo de más muertes infantiles. Las críticas hacia Kennedy se suman, resaltando su papel en la desinformación sobre las vacunas que ha contribuido al resurgimiento de enfermedades en poblaciones no vacunadas.
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