Richard Reti (1889-1929), originario de Checoslovaquia, sobresale como una figura significativa en la historia del ajedrez, aunque su legado no siempre ha sido plenamente reconocido. Nacido en Hungría y de familia judía, Viena era su ciudad preferida. Reti fue uno de los arquitectos de la escuela hipermoderna, una innovadora estrategia que busca controlar el centro del tablero mediante presión con piezas en lugar de avanzar peones rápidamente. Entre 1910 y 1920, se consolidó como uno de los mejores jugadores del mundo, dejando un impacto significativo en el desarrollo de las aperturas.
Además de su destreza en la estrategia, Reti se destacó como un excepcional compositor de finales artísticos en ajedrez. Sus creaciones, de las cuales dos son especialmente memorables, muestran una maestría en la combinación de complejidad y minimalismo. Uno de estos finales es notable por su sofisticación, mientras que el otro es célebre por su belleza y utilidad pedagógica, al punto de ser utilizado en clases de geometría. La obra de Reti continúa siendo un testimonio de su genialidad, consolidándolo como un referente eterno en el mundo del ajedrez.
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