El régimen de Al Sisi en Egipto se aferra al nuevo museo como una tabla de salvación económica en medio de la grave inestabilidad regional. Con las arcas nacionales maltrechas, el gobierno busca en el turismo cultural una fuente crucial de ingresos. Este enfoque se presenta como una estrategia para revitalizar la economía y atraer visitantes internacionales, ofreciendo una experiencia histórica y cultural única que capitalice el rico patrimonio del país.
La apertura del museo no solo pretende fortalecer la economía, sino también proyectar una imagen de estabilidad y progreso en el exterior. El gobierno espera que este impulso en el turismo cultural no solo compense la caída de ingresos en otros sectores, sino que también ayude a mitigar las tensiones internas. Sin embargo, los desafíos que enfrenta la región podrían complicar estos esfuerzos, poniendo a prueba la resiliencia y adaptabilidad de las políticas gubernamentales en un contexto altamente volátil.
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