En un fallo emitido por la Audiencia Provincial de Madrid en 2021, César Román fue condenado a 15 años de prisión tras ser hallado culpable del homicidio y posterior descuartizamiento del cadáver de su pareja. El tribunal consideró probadas las agravantes de parentesco y género, destacando la relación cercana que mantenía el acusado con la víctima, lo que intensificó la gravedad de los hechos. Este caso, que conmocionó a la opinión pública, destapó una serie de detalles perturbadores sobre la conducta del acusado y su historial de antecedentes, subrayando un patrón de comportamiento violento y manipulador.
La pesquisa incluyó informes detallados de las circunstancias del crimen, revelando un acto premeditado y ejecutado con extrema violencia. Durante el juicio, la defensa intentó mitigar la responsabilidad de Román, alegando alteraciones psicológicas, aunque el tribunal desestimó estos argumentos por falta de pruebas contundentes. Organizaciones de derechos humanos y colectivos feministas siguieron de cerca el proceso judicial, manifestando su rechazo hacia la violencia de género y subrayando la importancia de la sentencia como un precedente para futuros casos en un contexto de creciente preocupación por la violencia hacia las mujeres.
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