Europa, tras la Segunda Guerra Mundial, se unió en un rechazo unánime al fascismo, una postura que cimentó la creación de la Unión Europea. Hoy, en el siglo XXI, la ultraderecha ha ganado terreno notablemente, de la mano de nuevos medios de comunicación. En Francia, el partido de Marine Le Pen, Agrupación Nacional (RN), se posiciona como la principal fuerza en la Eurocámara, empujando a Emmanuel Macron a convocar elecciones anticipadas. Países Bajos y Reino Unido también ven un ascenso de partidos ultraderechistas, mientras que en Alemania y Italia, formaciones como AfD y Fratelli d’Italia de Giorgia Meloni refuerzan su posición. Cas Mudde, experto en extrema derecha, subraya la normalización de esta tendencia global. La ultraderecha se presenta como la «verdadera derecha», desmarcándose del antiguo fascismo pero manteniendo discursos nacionalistas y populistas, sostenidos por una crisis de confianza en la democracia liberal y el uso estratégico de las redes sociales. Esto plantea interrogantes sobre la eficacia de los cordones sanitarios y el futuro del panorama político europeo.
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