La moda se reinventa cada año, atrayendo a un público ávido de tendencias que resucitan estilos del pasado. En los últimos años, la preferencia por lo vintage ha crecido de forma notable, impulsando un aumento de compradores en rastros y tiendas de segunda mano. Este fenómeno se ha visto alimentado en gran medida por las redes sociales, donde celebridades y influencers muestran conjuntos retro que evocan desde la estética de los años 60 y 70 hasta la nostalgia de la moda de los 2000.
Este renacimiento de lo vintage no solo responde a una búsqueda de autenticidad, sino también al deseo de diferenciarse en un mundo donde la producción en masa es común. La posibilidad de encontrar piezas únicas y originales que no están disponibles en los establecimientos contemporáneos alimenta una tendencia que se ha convertido en un símbolo de estilo personal. Así, el interés por estos artículos de otras épocas refleja un cambio en la forma en que se consume la moda, priorizando la singularidad sobre la uniformidad.
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