El reciente acuerdo comercial impuesto por Donald Trump a la Unión Europea, un arancel del 15% sin represalias inmediatas, plantea dudas sobre su impacto en México. Aunque Europa logró una rebaja tras amenazas de un 25%, el tamaño de su economía le permitió una mejor negociación que podría ser más adversa para México. La dependencia de México en el mercado estadounidense, con más del 80% de sus exportaciones dirigidas allí, limita su capacidad de respuesta. A diferencia de Brasil, que puede soportar sanciones debido a su diversificado mercado de exportación, México enfrenta la incertidumbre de Trump con mayor anhelo.
El TMEC actúa como un salvavidas para México, permitiendo la exención de tarifas a la mayoría de sus productos. Sin embargo, la revisión del tratado en 2026 podría ser un punto crítico, especialmente si EE.UU. busca implementar cambios significativos que alteren el equilibrio actual. La habilidad diplomática de Marcelo Ebrard se vuelve crucial en este escenario, trabajando junto a la presidenta para navegar las tensiones bilaterales. A pesar de desafíos previos, la colaboración inesperada entre Ebrard y Sheinbaum demuestra un enfoque pragmático ante la presión externa, mientras el país anticipa un periodo de incertidumbre económica y política en los próximos años.
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