El hijo menor de Juana Rivas, de 11 años, se reencontró con su padre, Francesco Arcuri, en Maracena, Granada, tras la decisión del Tribunal Constitucional de inadmitir la solicitud de medidas cautelares para suspender la entrega del niño. Al llegar al punto de encuentro, Daniel expresó su angustia, afirmando entre lágrimas que no quería regresar con su padre, invocando temor por su seguridad. Mientras el pequeño continuaba alterado dentro del lugar, la defensa de Arcuri insistió en que los gritos provenían de Juana Rivas, lo que ha generado un intenso debate en torno a la situación familiar.
Una vez completado el encuentro, se prevé que Arcuri viaje con Daniel a Italia, mientras ambos recibieron la supervisión de profesionales de la infancia y representantes de organizaciones que apoyan a Rivas. No obstante, la jornada culminó con Juana Rivas siendo trasladada en ambulancia tras sufrir un episodio de nervios. La complejidad del caso se intensifica con el juicio pendiente de Arcuri por presuntos maltratos, programado para el 18 de septiembre, lo que añade un nuevo nivel de tensión a esta desgarradora disputa familiar.
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