El ambiente corporativo europeo se prepara para enfrentar un cambio trascendental con la inminente implementación del Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial (RAI) en agosto de 2024. Este novedoso marco regulador pretende fomentar un desarrollo responsable de la Inteligencia Artificial (IA) dentro de la Unión Europea, introduciendo lineamientos precisos y sanciones severas para quienes no se adhieran a las normativas establecidas.
En España, la adopción de tecnología IA ha alcanzado cifras significativas, con más del 24% de las empresas ya integrando alguna forma de esta tecnología en sus operaciones. Este fenómeno representa cerca de una de cada cuatro compañías, según el «III Informe sobre Transformación digital» de InfoJobs.
Entre las herramientas de IA más utilizadas destaca ChatGPT, que desde su debut en noviembre de 2022 ha acumulado 200 millones de usuarios activos semanales a nivel mundial. En febrero de 2024, la plataforma reportó más de 1,5 millones de visitantes, de acuerdo con la empresa de servicios financieros UBS.
El RAI clasifica a los operadores en diversas categorías como proveedores, representantes, distribuidores e importadores. No obstante, quienes sentirán un impacto más profundo serán los proveedores de sistemas IA considerados de alto riesgo. Estos deberán adherirse a un conjunto de obligaciones más estrictas debido a su rol crucial en sectores como la seguridad automotriz, sanitaria o aeroespacial.
Natalia Patiño, consultora Legal TIC en Secure&IT, aclara: «Nos referimos a sistemas IA que están destinados a usarse como componentes de seguridad o son sistemas de seguridad por sí mismos.» Entre los ejemplos mencionados se encuentran vehículos a motor, productos sanitarios y aviones civiles, entre otros.
Las entidades que no logren cumplir con las normativas se enfrentarán a penalizaciones significativas, que podrían alcanzar los 35 millones de euros o el 7% del volumen de negocio total del ejercicio anterior, dependiendo de cuál sea la cantidad mayor.
Las repercusiones ya se sienten en algunas compañías tecnológicas. Un caso destacado es Apple, que ha decidido posponer la disponibilidad de su inteligencia artificial, Apple Intelligence, en el continente europeo, aludiendo a las políticas establecidas por Bruselas.
Sin embargo, el uso de IA no está exento de riesgos. Todavía persisten preocupaciones sobre el uso indebido de la información, posibles brechas de seguridad y la generación de resultados incorrectos o «alucinaciones» debido a la falta de supervisión constante.
Patiño subraya la importancia de una correcta interpretación del término «Inteligencia Artificial», advirtiendo que, en ocasiones, se utiliza como una estrategia de marketing más que como una descripción fidedigna de la capacidad tecnológica. Este uso indiscriminado puede desviar la aplicación del RAI, generando confusión sobre los requisitos y obligaciones legales pertinentes.
En resumen, mientras la IA sigue revolucionando el ámbito empresarial, el nuevo reglamento europeo busca establecer un balance entre la innovación y la responsabilidad, asegurando con medidas estrictas el cumplimiento de las normativas y sancionando a aquellos que no se adapten a los nuevos estándares.