Los puentes que comunican Colombia con Venezuela amanecieron bloqueados nuevamente por órdenes del presidente venezolano, Nicolás Maduro, quien busca blindar su polémica toma de posesión. Los contenedores colocados por militares leales al chavismo en estas comunicaciones han sido un recurso constante para controlar el acceso, en medio de crecientes cuestionamientos internacionales sobre la legitimidad del mandato de Maduro. Este cierre fue declarado como necesario para evitar una supuesta conspiración internacional, en un contexto donde el líder opositor en exilio, Edmundo González, también planeaba regresar al país para su propia juramentación con documentos que afirmaría su triunfo electoral. Mientras tanto, la Cancillería de Colombia ha expresado que el cierre fronterizo unilateral, aunque excepcional, no ha alterado su postura de mantener las fronteras abiertas del lado colombiano, situación verificada por fuentes locales.
A pesar del bloqueo, los cruces clandestinos y formales como el puente Simón Bolívar permanecieron vacíos, luego de una mañana tensa de movimientos militares. Durante la jornada, figuras políticas opositoras desde el exilio han reafirmado su intención de retornar cuando existan las condiciones adecuadas, situación que continúa elevando las tensiones en la frontera. Con casi tres millones de venezolanos habiendo emigrado hacia Colombia en busca de mejores condiciones debido a la situación socioeconómica de su país, las recientes medidas suman incertidumbre sobre el futuro de la diáspora y el intercambio comercial. Sin embargo, las autoridades migratorias colombianas reportan que no se han detectado señales de un éxodo masivo reciente. La postura del gobierno colombiano sigue siendo no reconocer al ganador de las recientes elecciones venezolanas, pero mantiene un delicado balance diplomático con el país vecino. En Cúcuta, observadores y líderes políticos colombianos vigilan los acontecimientos mientras la región se resume en un tenso equilibrio.
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