El equipo de los blancos aseguró una contundente victoria en el primer partido de las semifinales, prácticamente sentenciando el encuentro antes del descanso. Liderados por la efectividad de Musa y el control inquebrantable de Campazzo, el equipo mostró una superioridad evidente desde el inicio. La energía y el dinamismo de los jugadores permitieron marcar una diferencia decisiva que complicó las opciones de sus rivales.
Por otro lado, los dirigidos por Ibon Navarro no lograron encontrar el ritmo necesario para frenar el embate de sus contrincantes. La falta de energía y la incapacidad para responder a la brillante actuación de las estrellas del equipo contrario se reflejaron en un marcador que dejó pocas esperanzas desde temprano. El dominio individual y colectivo de los blancos subrayó la diferencia de preparación y ejecución entre ambos conjuntos, dejando a los de Navarro en la búsqueda de ajustes urgentes para los próximos encuentros.
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