En medio de una prolongada guerra en la Franja de Gaza, la empresa armamentística Rafael, propiedad de las Fuerzas de Defensa de Israel, acelera sus esfuerzos en Haifa para desarrollar tecnología militar avanzada. El cuartel general de la compañía, fundada en 1948, es el epicentro donde se prueba el «Iron Beam», un sistema láser capaz de interceptar drones y morteros con precisión milimétrica. Además, Rafael trabaja en el «David’s Sling» y la «Cúpula de Dron», sistemas diseñados para neutralizar amenazas aéreas y misiles. A través de una estrecha colaboración con el ejército israelí, la compañía se esfuerza por mantenerse a la vanguardia tecnológica, respondiendo rápidamente a las exigencias bélicas contemporáneas y reforzando la defensa del país.
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