En los últimos años, el panorama geopolítico ha estado marcado por tensiones significativas, especialmente en los conflictos entre Rusia y Ucrania, y el prolongado enfrentamiento entre Israel y Palestina. Estas situaciones han trascendido el ámbito militar, impactando de manera profunda en lo económico y lo diplomático a nivel global. Potencias como la Unión Europea, Estados Unidos y China han jugado un papel crucial en la orientación de estas dinámicas, creando un clima de tensión que amenaza la estabilidad del orden internacional. Las repercusiones de estos conflictos han llevado a la sociedad a reflexionar sobre la seguridad en un posible contexto de confrontación armada a gran escala.
En caso de una Tercera Guerra Mundial, los expertos sugieren que la seguridad de los ciudadanos dependería de factores como la ubicación geográfica y la autosuficiencia de los municipios. Análisis recientes, incluso de inteligencia artificial, han indicado que lugares remotos y con acceso a recursos naturales, como el pueblo andaluz de Capileira, podrían ser más seguros en tales circunstancias. Esta localidad destaca no solo por su lejanía de objetivos estratégicos, sino también por su abundancia de agua y su capacidad de autosuficiencia. Otras localidades como Grazalema, Montefrío y Cazorla también emergen como alternativas viables, aunque la AI advierte que no hay un refugio completamente seguro ante un conflicto de esta magnitud.
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