El transporte público de Madrid experimentará una revolución con la incorporación de 170 autobuses eléctricos, con el objetivo de promover la sostenibilidad y reducir la huella de carbono en la ciudad. Esta iniciativa forma parte de un ambicioso plan del Ayuntamiento, que busca transformar la flota completa antes del año 2030. El proyecto, respaldado por una inversión significativa, también contempla la instalación de infraestructuras de carga rápida estratégicamente ubicadas para garantizar la operatividad y eficiencia de estos vehículos. Además, el uso de energía 100% renovable en los puntos de carga pretende consolidar el compromiso de Madrid con el medio ambiente.
Por otra parte, la comunidad de Madrid está considerando introducir incentivos para fomentar el uso del transporte público eléctrico entre los ciudadanos, tales como tarifas reducidas y mejoras en la frecuencia de los servicios. Esta medida se complementa con campañas de concienciación sobre los beneficios ambientales y de salud derivados de la disminución de las emisiones de gases contaminantes. La colaboración con empresas tecnológicas también está en el enfoque, con la intención de implementar sistemas de monitoreo en tiempo real que optimicen las rutas y mejoren la experiencia del usuario, subrayando el compromiso de Madrid por un futuro más verde y eficiente.
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