El Congreso del PSOE se ha perfilado como un evento de respaldo incondicional hacia Pedro Sánchez, en medio de un panorama de tensiones judiciales y oposición política. Santos Cerdán, secretario de Organización del partido, junto a María Jesús Montero, vicesecretaria general, han defendido enérgicamente al presidente, denunciando una «oposición corrosiva» que buscaría desestabilizar al Gobierno mediante bulos y desinformación. Ambos han criticado la supuesta politización de la justicia por parte del Partido Popular, posando al PSOE como abanderado de la justicia social y la igualdad. Cerdán ha enfatizado la resistencia histórica del partido ante los ataques y ha llamado a la militancia a mantenerse firme en la labor política. Este congreso, más que una simple reunión partidista, se ha proyectado como una contundente defensa de la gestión de Sánchez y un llamado a la unidad del socialismo frente a un clima político adverso.
En paralelo, las acusaciones de filtraciones desde La Moncloa han nublado el reciente congreso, especialmente tras la dimisión de Juan Lobato como líder del PSOE en Madrid, envuelto en la controversia del fraude fiscal relacionado con la pareja de Isabel Díaz Ayuso. El escándalo ha planteado dudas sobre la procedencia de ciertos documentos y ha desviado el foco de atención de las críticas a la gestión del PP hacia la propia estrategia socialista. Óscar López, secretario de Organización, ha intentado desviar la atención hacia el origen del fraude, defendiendo la inocencia del Gobierno en la supuesta filtración. A medida que se avecinan nuevas investigaciones judiciales y posibles repercusiones políticas, el PSOE se encuentra en una encrucijada, tratando de fortalecer su imagen y resolver las tensiones internas mientras lidia con un complicado entorno mediático y judicial.
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