En España, el sector inmobiliario está sujeto a una amplia variedad de impuestos que afectan tanto a la adquisición como al desarrollo y transmisión de inmuebles. Estos tributos no solo impactan en el costo total de la vivienda, sino que también influyen en las decisiones de inversión y desarrollo dentro del mercado. Entre los impuestos más comunes se encuentran el IVA, el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y el Impuesto sobre el Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana. Además, existen gravámenes específicos para cada fase del proceso inmobiliario, desde la compra del terreno hasta la promoción y venta del inmueble terminado.
Esta compleja estructura impositiva ha sido objeto de críticas por parte de diversos actores del sector, quienes argumentan que incrementa considerablemente los costos finales para los compradores y ralentiza el dinamismo del mercado. Las autoridades defienden la necesidad de estos impuestos como una fuente crucial de ingresos públicos, esenciales para financiar servicios y proyectos de infraestructura. Sin embargo, la discusión sobre la posible reforma del sistema fiscal inmobiliario continúa, con propuestas que buscan equilibrar la recaudación estatal y fomentar un mercado más accesible y eficiente.
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