La salida de Íñigo Errejón de la coalición política Sumar, tras hacerse públicas denuncias anónimas que lo acusan de maltrato psicológico, ha generado una notable preocupación en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que es socio de coalición de la mencionada formación. Según fuentes del PSOE, la postura del partido es firme en apoyo a las víctimas de violencia machista, abogando por una política feminista que actúe con contundencia contra quienes ejercen este tipo de violencia. La reacción del PSOE subraya la relevancia de mantener posturas claras ante situaciones tan delicadas, especialmente en el contexto político actual donde la imagen y valores éticos son fundamentales para el sostenimiento de cualquier figura pública. Errejón, quien era portavoz parlamentario de Sumar, presentó su dimisión ante la ejecutiva de la formación, la cual aceptó unánimemente su renuncia en la mañana de este jueves, según informaron en un comunicado.
Sumar, el partido liderado por Yolanda Díaz, comunicó que había iniciado un proceso para investigar las denuncias anónimas surgidas en redes sociales sobre Errejón. Sin embargo, el partido no ha divulgado los resultados de dicha investigación, limitándose a confirmar la dimisión del dirigente tras haber escuchado sus razones. Las acusaciones, difundidas inicialmente por la periodista Cristina Fallarás, describen un presunto comportamiento abusivo en el que Errejón, sin ser explícitamente nombrado en el relato, ejercería maltrato psicológico y presiones para realizar prácticas sexuales degradantes. Ante estas serias denuncias, la política nacional enfrenta un desafío significativo en torno a la credibilidad de sus figuras y la urgente necesidad de abordar de manera efectiva las cuestiones de violencia de género dentro de sus estructuras.
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