En el contexto político de Castilla y León, ha resurgido con fuerza el movimiento separatista leonés, impulsado principalmente por afiliados que perciben un agravio respecto a Valladolid y que defienden la causa por razones identitarias. Estos afiliados argumentan que León ha sido históricamente relegado frente a Valladolid, manifestando un sentimiento de desigualdad en el reparto de recursos y en la toma de decisiones políticas dentro de la comunidad autónoma. La percepción de un trato desfavorable ha intensificado las voces que abogan por una autonomía independiente para León, afirmando que su identidad cultural y lingüística única merece un reconocimiento específico y una representación política independiente.
Este clima de tensión y reivindicación autonómica se ha intensificado recientemente, llevando a sus promotores a organizar diversas actividades que subrayen las diferencias con Valladolid y refuercen el sentimiento leonés. Aquellos a favor de la separación sostienen que la autonomía plena permitiría a León gestionar sus propios recursos y salvaguardar su patrimonio cultural distintivo, alejándose de lo que consideran ser una subordinación a Valladolid. Esta demanda ha suscitado un debate político y social, donde diferentes actores evalúan las implicaciones de una posible segregación, mientras se busca fomentar un diálogo que contemple tanto las aspiraciones de los leoneses como las dinámicas colectivas de la región.
Leer noticia completa en El Mundo.