El Partido Popular ha afirmado que la reciente decisión del Tribunal Supremo de solicitar permiso al Congreso para procesar al exministro en un caso judicial representa un duro golpe al Gobierno del presidente Pedro Sánchez. La formación política considera que esta maniobra pone al «sanchismo contra las cuerdas», sugiriendo que la administración actual podría enfrentar serias dificultades en su gestión política y legal. Esta declaración se produce en un contexto marcado por el aumento de tensiones entre el Partido Popular y el Gobierno, en el que las acusaciones y la crítica política han sido constantes. La referencia al «sanchismo» subraya un mensaje claro: la visión de que el liderazgo de Sánchez está en entredicho debido a este avance judicial.
La implicación del Supremo en este caso se ha convertido en un nuevo campo de batalla política, con el Partido Popular utilizando el proceso como evidencia de lo que consideran una gestión deficiente. La petición para procesar al exministro no solo implica cuestiones legales, sino que también añade presión sobre el Gobierno a nivel político, en un momento en el que Sánchez busca afianzar su posición y mantener cohesión dentro de su gabinete. Por su parte, el Gobierno ha mantenido silencio, centrándose en sus actuales políticas socioeconómicas, aunque la expectativa sobre su reacción oficial es alta. Este episodio amplifica las tensiones sobre la independencia judicial y las dinámicas de poder en España, convirtiéndose en un tema de discusión nacional.
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