En un enfrentamiento que dejó poco margen para la sorpresa, los rojiblancos fueron completamente superados por el vigente campeón de Europa, que demostró su poderío con una goleada contundente. Desde el inicio, el campeón impuso su dominio en el terreno de juego, aprovechando cada oportunidad para aumentar el marcador. La defensa del equipo rojiblanco fue incapaz de contener la ofensiva rival, que desplegó una precisión y estrategia implacables, reflejando la brecha de rendimiento entre ambos equipos.
El encuentro, que había generado grandes expectativas, se convirtió rápidamente en un monólogo del campeón, que no mostró misericordia alguna en su despliegue ofensivo. La falta de respuesta de los rojiblancos fue evidente, con pocas ocasiones claras de gol y una defensa desbordada constantemente. Esta derrota deja al equipo con mucho que reflexionar y destaca la necesidad de ajustes estratégicos para enfrentar futuros desafíos de tal magnitud en competiciones europeas.
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