El Proyecto Fedora se prepara para un cambio crucial que significará un hito en su historia: la mudanza a un nuevo centro de datos en Raleigh, Carolina del Norte. Hasta ahora, la mayoría de su infraestructura se ha alojado en un centro patrocinado por Red Hat en Virginia, pero el aumento en la demanda de espacio, energía y hardware obliga a un traslado que busca garantizar un mejor rendimiento para sus usuarios y desarrolladores.
La necesidad de esta mudanza nace de una serie de desafíos insostenibles en la ubicación actual, empezando por la falta de espacio físico. La actual capacidad del centro de datos ha alcanzado su límite, impidiendo expandir el hardware necesario para necesidades emergentes, como los compiladores RISC-V. Asimismo, las limitaciones de energía representan un riesgo latente, dado que algunos racks están operando al borde de sus capacidades críticas, exponiéndose a posibles apagones si un circuito colapsa. Además, gran parte del hardware en uso data de la última mudanza efectiva en 2020, lo que ofrece una oportunidad ideal para renovar con tecnología más eficiente y de mayor rendimiento.
El nuevo centro de datos de Raleigh ofrece soluciones a estas problemáticas, con instalaciones que presumen un espacio generoso para futuras expansiones y capacidades energéticas ampliadas. Esto no solo permitirá configuraciones más densas y potentes, sino que también facilitará el uso de hardware moderno ya adquirido, prometiendo mejoras notables en velocidad y eficiencia.
El plan de traslado ha sido meticulosamente elaborado para reducir al mínimo las interrupciones en las operaciones. En una primera fase, se instalará y configurará el nuevo hardware en Raleigh, seguido de un traslado lógico de las operaciones, que implicará un funcionamiento temporal en el nuevo sitio pero a capacidad limitada, sobre todo en entornos de prueba. Finalmente, las máquinas del centro de Virginia se enviarán a Carolina del Norte para restaurar y extender la capacidad global de Fedora.
Con el objetivo de evitar grandes impactos en las operaciones, el traslado se extenderá a lo largo de varias semanas y está planeado para iniciar después del lanzamiento de Fedora 42, previsto para mediados de mayo de 2025. Factores clave, como la decisión Beta Go/No-Go, influirán en la fecha final. Al concluir este proceso, se espera que la comunidad de Fedora experimente importantes mejoras, entre ellas compilaciones y pruebas más rápidas, escalabilidad garantizada para expansión e innovación y una estabilidad elevada que minimizará interrupciones operativas.
Este movimiento no solo ilustra el compromiso de Fedora con la mejora continua y la vanguardia tecnológica sino que también refuerza su determinación de ofrecer soluciones de código abierto de alta calidad a su comunidad global. Fedora sienta con esta reubicación las bases necesarias para un crecimiento sostenido, asegurando que su infraestructura acompaña sus ambiciosos objetivos futuros.