En Las Rozas, el grupo “Jóvenes Activos” del Área de Juventud ha dado vida a una innovadora iniciativa llamada «Cocinando historias», que se propone no solo a combatir la soledad de las personas mayores, sino también a dotar a los jóvenes de habilidades culinarias y preservar las recetas tradicionales. El próximo capítulo de este verdadero intercambio generacional está previsto para el sábado 5 de abril, prometiendo ser un evento lleno de aprendizaje, sabor y conexiones intergeneracionales.
La semilla de este proyecto se plantó en un retiro de fin de semana organizado por el mismo grupo en noviembre pasado, donde más de 40 jóvenes se reunieron para discutir y diseñar soluciones a los desafíos actuales de la sociedad. A través de la metodología Design Thinking, identificaron diversas problemáticas, como el tabaquismo en jóvenes, el bullying, el pensamiento crítico, la desinformación en las redes y, especialmente, la soledad no deseada entre las personas mayores.
El debut del proyecto «Cocinando historias» tuvo lugar el 9 de marzo, marcando el inicio de una serie de encuentros en los que tanto jóvenes como mayores participan en una experiencia culinaria compartida. Recetas que han pasado de generación en generación cobran vida en manos de aquellos que, a pesar de su juventud, muestran un compromiso palpable con el aprendizaje y la tradición.
La propuesta ha tenido una cálida acogida entre los asistentes y se perfila como un modelo replicable en otros contextos. Además del evento del 5 de abril, se espera la publicación de un libro que recoja las recetas y experiencias vividas en el proyecto, proponiendo un testimonio perdurable de esta fusión intergeneracional única.
Iniciativas como «Cocinando historias» no solo enriquecen a la comunidad de Las Rozas, sino que también sirven como un recordatorio de la necesidad de tender puentes entre generaciones. En tiempos donde la interacción social se digitaliza cada vez más, este proyecto representa un retorno a lo esencial: la conexión humana a través de la cultura, la historia y, por supuesto, la gastronomía. Mientras tanto, los jóvenes participantes continúan demostrando que la acción comunitaria y el compromiso social pueden ser ingredientes poderosos para un futuro más inclusivo y solidario.