El Primer Ministro del Reino Unido, Keir Starmer, se ha comprometido públicamente a hacer todo lo posible para asegurar la liberación del activista y ciudadano británico Alaa Abd El Fattah, encarcelado en Egipto. Esta promesa fue formulada el 14 de febrero durante una conversación con Laila Soueif, madre de Alaa, quien ha estado pidiendo acciones concretas para asegurar su liberación. Laila ha instado a Starmer a mantener un diálogo directo con el presidente egipcio Abdel Fattah el-Sisi para resolver la situación.
Desde el inicio de su mandato, Starmer ha enviado dos cartas a El Sisi en diciembre y enero, y su asesor de seguridad nacional, Jonathan Powell, se reunió con autoridades egipcias en El Cairo el 2 de enero. No obstante, no se ha hecho público ningún avance significativo en las conversaciones entre el Reino Unido y Egipto al respecto.
Laila Soueif, quien ha estado en huelga de hambre desde la fecha prevista para la liberación de su hijo en septiembre, fue hospitalizada tras una preocupante caída de su nivel de azúcar en sangre. Un médico del NHS ha advertido que su vida está en peligro debido a esta grave crisis de salud. A pesar de esto, Laila continúa negándose a comer hasta que Alaa sea liberado.
Mona Seif, hermana de Alaa, ha resaltado que su madre Laila solo desea ver a su hijo libre, especialmente después de servir una condena de cinco años, además de los 11 años de separación forzada bajo represión. Como ciudadano británico, Alaa debería poder esperar más que simples palabras de su gobierno.
Diversas organizaciones no gubernamentales han exigido medidas más contundentes por parte del gobierno británico, incluyendo actualizar la información de viaje sobre Egipto en el sitio web del Ministerio de Asuntos Exteriores para reflejar la falta de acceso consular garantizado para ciudadanos arrestados allí. También se ha pedido una reunión conjunta entre ministros y funcionarios para establecer una estrategia unificada respecto al caso de Alaa.
Asimismo, se sugiere convocar al embajador egipcio en Londres y limitar su acceso a las autoridades británicas si Alaa no es liberado, además de imponer una moratoria sobre la asistencia gubernamental o la promoción de nuevas inversiones en Egipto, como solicitaron 15 organizaciones en noviembre pasado.
Mientras los grupos de derechos humanos continúan presionando para que Starmer tome acciones decisivas, instan al Primer Ministro a llamar al presidente Sisi para asegurar la liberación de Alaa y salvar a Laila antes de que sea demasiado tarde.