Los Juegos Olímpicos de París 2024 han generado controversia debido al incremento del presupuesto, que ha pasado de una estimación inicial de 3.000 a 5.000 millones de euros a cerca de 9.000 millones, con posibilidades de superar los 10.000 millones. Esta situación ha provocado preocupación en una Francia con tensiones económicas y políticas. Aunque el presidente Emmanuel Macron y la alcaldesa Anne Hidalgo defienden la inversión, subrayando beneficios a largo plazo y revitalización económica, la escalada de costes ha suscitado críticas entre ciudadanos y organismos de control financiero. El 96% del presupuesto se espera que provenga de fuentes privadas, mientras el sector público cubre el resto. La venta de entradas ya ha alcanzado 8,7 millones, y se proyecta un impacto económico positivo debido al turismo. Sin embargo, ciudades como Lyon han rechazado participar en eventos preliminares debido a los altos costos. La incertidumbre sobre los beneficios reales de los Juegos persiste, con la opinión pública y los organizadores atentos a justificar cada euro gastado.
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