En un intento por captar a los votantes descontentos, Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular, ha adoptado un tono más contundente en su discurso político. Este cambio estratégico busca atraer a aquellos electores que consideran que otras formaciones han perdido el rumbo debido a la «inflamación» política actual. Durante recientes apariciones, Feijóo ha criticado abiertamente las políticas del Gobierno, centrando sus ataques en aspectos como la gestión económica y el desafío catalán, con la intención de consolidar apoyos en un momento de creciente incertidumbre política.
Feijóo ha identificado un «voto que se va», una referencia a aquellos que se sienten insatisfechos con el curso tomado por el actual Ejecutivo. Este fenómeno, según los analistas políticos, presenta una oportunidad para el Partido Popular, que busca capitalizar el desencanto ciudadano. La estrategia del líder popular no solo apunta a fortalecer su base electoral, sino también a redefinir su posición como una alternativa firme y estable. Este giro en la narrativa se produce en un contexto en el que las tensiones políticas y sociales han elevado la incertidumbre entre los votantes, creando un terreno fértil para el cambio de lealtades.
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