El Gobierno ha planteado una nueva propuesta legislativa que condicionaría el acceso a prestaciones sociales y a permisos de residencia a la posesión de un contrato de trabajo. Esta medida se discute como parte de un esfuerzo por fomentar el empleo formal y regularizar la situación de los trabajadores extranjeros en el país. La iniciativa, que ha suscitado un intenso debate, busca frenar el abuso de beneficios sociales por parte de personas que no contribuyen al sistema a través del empleo activo. Según fuentes del Ejecutivo, el objetivo es garantizar un equilibrio entre el uso de recursos públicos y la contribución a la economía nacional.
Sin embargo, la propuesta ha generado reacciones encontradas. Organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes han expresado su preocupación por el impacto que podría tener en las personas más vulnerables, argumentando que muchas podrían quedar atrapadas en un ciclo de precariedad al no poder acceder a servicios básicos sin un contrato laboral. Mientras tanto, sectores empresariales y algunas fuerzas políticas apoyan la iniciativa, considerándola un paso necesario para asegurar que las prestaciones se destinen a quienes realmente contribuyen al desarrollo económico. El proyecto de ley seguirá en discusión en el Parlamento, donde se espera que tanto sus defensores como sus detractores presenten enmiendas.
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