El partido Popular ha manifestado su rechazo al uso del burka en espacios públicos, argumentando preocupaciones ligadas a la seguridad y la dignidad. Los miembros del partido han enfatizado que el cubrir por completo el rostro conlleva riesgos en términos de identificación, lo que podría facilitar actividades delictivas al dificultar el reconocimiento de individuos. Además, sostienen que esta indumentaria afecta negativamente la dignidad de las mujeres, al considerarla una forma de opresión que limita la igualdad de género.
La discusión sobre la prohibición del burka ha generado un debate amplio en la sociedad, impulsando a otros partidos y organizaciones sociales a expresar sus opiniones al respecto. Mientras algunos grupos defienden la libertad de elección personal y religiosa, el Partido Popular insiste en priorizar la seguridad pública y los derechos fundamentales de las mujeres. Esta postura refleja una creciente preocupación por equilibrar el respeto a las tradiciones culturales con las normativas occidentales de convivencia y seguridad.
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