En un escenario político lleno de tensiones, Génova considera inalcanzable que el Gobierno satisfaga sus demandas actuales, según fuentes cercanas a la cúpula del partido. La creciente impaciencia ha generado un clima de incertidumbre, mientras los líderes del partido se enfrentan a una presión interna para mantener la unidad ante el desafío que representa no solo el gobierno actual, sino también el electorado expectante y los movimientos dentro de sus propias filas. La situación se ha vuelto particularmente delicada debido a las prioridades divergentes entre los diferentes sectores del partido, que buscan cohesionar su mensaje y estrategia de cara a futuros compromisos electorales.
Por otro lado, los líderes regionales, conocidos como «los barones», han desempeñado un papel fundamental al tranquilizar las aguas dentro del partido de Abascal. En un esfuerzo coordinado, han logrado calmar las inquietudes internas, disipando las tensiones y asegurando que el partido mantenga su cohesión frente a los desafíos políticos venideros. Este control sobre la situación interna ha sido crucial para evitar fracturas que podrían debilitar su posición en el escenario nacional. La acción conjunta de estos líderes regionales refleja una estrategia clara para evitar que las divisiones internas debiliten la estructura del partido, garantizando su estabilidad y capacidad de acción en un contexto político complejo.
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