Las recientes inundaciones en Texas han dejado una huella trágica, con más de 89 víctimas confirmadas, entre las cuales se encuentran 27 niños, y decenas de desaparecidos. Las operaciones de búsqueda y rescate están en marcha, involucrando a cientos de agentes y voluntarios que trabajan en condiciones extremas, usando botes, vehículos todoterreno y helicópteros para localizar a los afectados. Imágenes dantescas han ido surgiendo desde el viernes, mostrando cómo el río Llano sorprendió a la población al desbordar su cauce en apenas 10 minutos, incrementando dramáticamente el nivel del agua.
Ante esta devastación, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, planea visitar las zonas más afectadas “probablemente el viernes”. Justificando su visita, el mandatario afirmó que prefirió esperar para no interferir con los esfuerzos de rescate. Además, ha declarado la situación de emergencia por desastre natural en la región, lo que permite que se activen los recursos federales necesarios. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, aseguró que se desplegarán todos los medios para unificar a las familias y localizar a los desaparecidos, mientras se teme que la cifra de fallecidos pueda aumentar en los próximos días.
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