En el ámbito empresarial, el apalancamiento financiero consiste en utilizar deuda bancaria para invertir y crecer, una práctica común también entre particulares. Sin embargo, el artículo destaca una variante sociopolítica de este concepto: el uso del insulto como herramienta de movilización política. En tiempos actuales, recibir un insulto de un rival se convierte en una ventaja, un motivo para engendrar fervor entre los seguidores y captar votos. La izquierda maneja esta táctica eficazmente, mientras la derecha aún lucha contra complejos y etiquetas despectivas. La reflexión sobre el uso de calificativos en política es urgente y profunda, ya que, como en el arte y la música, el insulto puede generar fuertes sentimientos y conectar con el público.
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