El Hospital Vithas Aravaca enfrentó una inesperada interrupción del suministro eléctrico durante el parto de Alejandra. A pesar de la situación, el equipo médico supo manejar la emergencia eficazmente, utilizando los recursos de reserva destinados a estas circunstancias. La ginecóloga encargada describió el parto como «íntimo y tranquilo», destacando la calma mantenida en la sala, mientras el personal se apresuraba a asegurar el bienestar de todos los presentes en medio de la confusión generada por el apagón.
Fuera del quirófano, la situación era diferente, con el personal del hospital trabajando diligentemente para restablecer el suministro y garantizar que otros servicios críticos no se vieran afectados. Las medidas de emergencia implementadas demostraron ser efectivas, permitiendo que el hospital continuara operando y asegurando la atención adecuada a sus pacientes. Este incidente resalta la importancia de los protocolos de emergencia en los centros de salud para enfrentar situaciones imprevistas sin comprometer la calidad del cuidado médico.
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