El Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) ha anunciado su disolución tras cuatro décadas de lucha armada que dejaron un saldo de más de 40,000 muertos. Esta decisión se tomó durante un congreso celebrado recientemente, impulsado por un llamado histórico de su líder encarcelado, Abdulá Ocalan, en busca de un acuerdo de paz con el gobierno turco. El PKK, conocido por su firme estructura organizativa y su culto al liderazgo de Ocalan, pondrá fin a todas sus actividades, marcando un posible fin a su inclusión en las listas de terroristas de Turquía, la UE y Estados Unidos.
El anuncio ocurre poco después del congreso realizado entre el 5 y 7 de mayo en dos ubicaciones distintas, donde delegados de todas las ramas del partido participaron. A lo largo de su historia, el PKK mantuvo su lucha desde su fundación en 1978 por Ocalan, quien permaneció a salvo de la represión turca en Siria antes de su detención. Este disolución podría representar un cambio significativo en la dinámica geopolítica de la región, dado el fuerte legado de confrontación y las complejas relaciones entre el movimiento kurdo y las autoridades turcas.
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