El consumo de alimentos picantes puede contribuir al control del peso gracias a la capsaicina, un compuesto activo que incrementa el metabolismo y reduce el apetito. Estudios recientes muestran que esta sustancia puede promover la quema de calorías y la oxidación de grasas, lo que facilita la pérdida de peso. Además, el picante puede inducir una sensación de saciedad más rápida, evitando el consumo excesivo de alimentos.
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