El Pentágono ha comenzado a despedir a los miembros transgénero de sus tropas, iniciando un proceso que culminará en un mes. Según el portavoz Sean Parnell, alrededor de 1.000 efectivos ya han optado por la separación voluntaria, y el Departamento de Defensa publicará una nueva guía que restringirá el acceso a aquellos con diagnósticos o síntomas de disforia de género. Los plazos establecidos permiten que los militares en activo soliciten bajas hasta el 6 de junio, mientras que los reservistas tienen tiempo hasta el 7 de julio, después de los cuales se planean separaciones involuntarias.
La decisión se enmarca en la reciente orden del Tribunal Supremo que respalda la política de «Priorizar la excelencia y preparación militar», que excluye a las personas transgénero. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, argumenta que las identidades de género que divergen del sexo biológico no cumplen con los estándares requeridos para el servicio militar, en línea con la agenda del presidente. Hegseth expresó su compromiso de implementar esta política, afirmando que la medida refleja la voluntad del pueblo estadounidense y asegura la seguridad nacional.
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