En España, alrededor del 1% de la población, aproximadamente 400,000 personas, enfrenta la esquizofrenia, una enfermedad mental grave cuyo origen aún no comprendemos completamente. Sin embargo, se han identificado factores genéticos que aumentan el riesgo de padecerla. Un estudio reciente publicado en la prestigiosa revista Nature Mental Health revela que la retina, específicamente su grosor, puede ofrecer pistas valiosas sobre la susceptibilidad genética a esta enfermedad. Este descubrimiento abre la puerta a nuevas posibilidades para el diagnóstico temprano, ya que los cambios en la retina son identificables mediante procedimientos no invasivos y de bajo costo.
La investigación, liderada por un equipo de la Universidad de Zúrich y el Hospital Universitario de Psiquiatría de Zúrich, se basa en datos de 34,939 individuos del Reino Unido e Irlanda, recopilados en la base de datos UK Biobank. Utilizando análisis genéticos y tomografía de coherencia óptica, los investigadores encontraron una asociación significativa entre la genética de la esquizofrenia y el grosor de la retina. Se sugiere que los cambios genéticos incrementan la neuroinflamación, afectando la estructura retinal. Aunque se necesitan estudios más amplios para confirmar estos resultados, los hallazgos sugieren el potencial de las mediciones retinales como método de detección temprano, eficaz y no invasivo para esta condición.
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