A solo una semana de que Donald Trump asuma la presidencia de Estados Unidos, la incertidumbre sobre su postura respecto a Ucrania genera expectación global. Durante su campaña, Trump prometió resolver rápidamente el conflicto, pero su enviado especial, Keith Kellogg, ha mencionado un plazo de 100 días, y el propio Trump ha sugerido que podrían lograrse avances en seis meses. En este contexto, Oleksandr Merezhko, presidente de la Comisión de Exteriores de la Rada ucraniana, enfatiza la importancia de que Trump mantenga conversaciones directas con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, antes de reunirse con Vladímir Putin, destacando la necesidad de mantener el principio de «nada sobre Ucrania sin Ucrania». Merezhko ve en estas conversaciones un potencial propagandístico para Putin, quien busca presentarse como políticamente viable en el escenario internacional.
Merezhko argumenta que el apoyo continuo de Estados Unidos a Ucrania es esencial para la credibilidad y el liderazgo global estadounidense. La pérdida de Ucrania frente a Rusia representaría un duro golpe a la reputación de EE. UU. como defensor del orden internacional, afectando negativamente su prestigio global. Merezhko también destaca las repercusiones económicas de la ayuda, pues esta impulsa la industria militar estadounidense, promoviendo el empleo y la innovación armamentística. En un contexto donde las sanciones afectan a Rusia, Merezhko recalca que estas deben intensificarse para frenar la maquinaria de guerra rusa. Asegura que la paz en Ucrania está ligada a la salida de Putin del poder, y que, mientras Rusia siga bajo su mando, la guerra persistirá. Merezhko también considera que el ingreso de Ucrania en la OTAN es vital para garantizar su seguridad y evitar futuras agresiones rusas.
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