El papa Francisco, visiblemente afectado por problemas de salud, asistió a la misa del Jubileo de los Enfermos llevando cánulas nasales para recibir oxígeno. Este evento, de gran significado espiritual, se celebró en la Plaza de San Pedro, reuniendo a miles de fieles que acudían para recibir bendiciones y buscar esperanza en medio de sus dolencias. A pesar de su aparente fragilidad, el pontífice logró dirigirse a los presentes con un mensaje de compasión y solidaridad, enfatizando la importancia de cuidar a los enfermos y velar por los más necesitados, en línea con su mensaje de amor y caridad cristiana.
La aparición del papa en estas circunstancias ha despertado preocupación entre los seguidores de la Iglesia Católica, quienes han manifestado su apoyo y oraciones por su pronta recuperación. Durante la ceremonia, se pudo observar el compromiso del Santo Padre con su labor pastoral, no permitiendo que su estado de salud le impidiera cumplir con sus deberes eclesiásticos. Este gesto ha sido interpretado como un ejemplo de fortaleza y dedicación, inspirando a millones de personas alrededor del mundo a seguir su ejemplo de resiliencia y fe inquebrantable. La presencia del papa en la misa del Jubileo refuerza su constante mensaje de amor y servicio hacia los demás, especialmente hacia aquellos que más sufren.
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