En su primer discurso oficial, el papa León XIV se presentó como agustino, destacando su vínculo con San Agustín, una figura clave en el cristianismo. León XIV enfatizó un mensaje de unión y comunidad, citando a San Agustín: “Con ustedes soy cristiano y para ustedes, obispo”. Este enfoque subraya la importancia de caminar juntos hacia la meta espiritual que Dios ha preparado, reflejando los principios de la orden agustiniana, conocida por su espíritu comunitario y sus profundas raíces filosóficas en las enseñanzas de San Agustín, quien dejó un legado duradero en el pensamiento cristiano durante los siglos IV y V.
Robert Francis Prevost, el nuevo papa, se convierte en el primer líder de la Iglesia Católica procedente de la orden de los agustinos. Con una vasta experiencia misionera en Perú, su elección marca un hito histórico para esta orden, que se distingue por vivir de la caridad y abogar por una Iglesia más universal. La elección de León XIV refleja un deseo de revitalización y compromiso con las enseñanzas ancestrales de la Iglesia, promoviendo un espíritu de apertura y universalidad en su liderazgo.
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