Louis Marius Prevost, reconocido educador y catequista, dejó una huella imborrable en la vida de su hijo, desempeñando un papel esencial en su decisión de consagrarse al sacerdocio. Desde temprana edad, Louis inculcó en su hijo valores de fe y dedicación, guiándolo a lo largo de su camino espiritual. Su capacidad para transmitir conocimiento y su compromiso con la enseñanza fueron pilares fundamentales que inspiraron a su hijo a seguir una vocación religiosa.
El entorno familiar, marcado por el profundo amor y respeto hacia la educación y la religión, proporcionó al joven Prevost un marco sólido para el desarrollo de su vocación. La influencia de su padre no solo se reflejó en la elección de su camino espiritual, sino también en la forma en que llevó adelante su misión pastoral. La jerarquía y la comunidad eclesiástica han reconocido continuamente la importancia de este vínculo paterno en la formación de un líder comprometido con su fe y su comunidad.
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