En un encuentro breve pero significativo, el papa Francisco recibió en el Vaticano al vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, durante el Domingo de Resurrección. El encuentro, que ocurrió en la residencia papal de la Casa Santa Marta, sirvió para que ambos líderes intercambiaran felicitaciones en el contexto de una festividad central para los cristianos. A pesar de la cordialidad del momento, persiste una notable discrepancia entre Francisco y Vance respecto a las políticas migratorias del Gobierno de Donald Trump, las cuales han sido criticadas por el Pontífice debido a su impacto negativo en la dignidad y seguridad de los migrantes. A su vez, Vance, quien se unió al catolicismo recientemente, ha expresado su compromiso de continuar defendiendo sus puntos de vista, aunque reconoce su falta de total comprensión sobre su fe.
A pesar de su delicada salud, tras recuperarse de una neumonía bilateral que lo mantuvo hospitalizado, el Papa está haciendo esfuerzos por retomar sus actividades, si bien de manera limitada. Tras el encuentro con Vance, Francisco impartió la tradicional bendición ‘Urbi et Orbi’ desde el balcón de la basílica de San Pedro, donde también abordó temas de preocupación global como los conflictos bélicos y la situación humanitaria a nivel mundial. Ante la conmemoración de la Pascua, el Pontífice pidió paz en Tierra Santa y abogó por el cese de la violencia en Gaza, además de lanzar un llamamiento para el desarme global. Mientras tanto, Vance, en su estancia en Roma, participó en ceremonias religiosas y discutió temas internacionales con altos mandatarios del Vaticano, reflejando así un viaje de intensas implicaciones tanto diplomáticas como personales para el vicepresidente estadounidense.
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