El Papa Francisco culminó su visita a Luxemburgo y Bélgica oficiando una misa en el Estadio del Rey Balduino en Bruselas, donde condenó enfáticamente los abusos sexuales cometidos dentro de la Iglesia. El pontífice instó a que los responsables de estos actos sean juzgados y animó a las víctimas a denunciarlos. En su discurso destacó la reunión sostenida con víctimas de abusos en Bruselas, un acto que fue recibido con aplausos por los cerca de 30.000 asistentes. Francisco también criticó cualquier intento de encubrimiento y pidió que los abusadores, sean laicos, sacerdotes u obispos, enfrenten la justicia. En el marco del rezo del Ángelus, llamó a un alto al fuego en Gaza y Líbano y solicitó el fin de la guerra en Ucrania.
El Papa aprovechó su viaje para abordar temas sensibles, como la situación de la mujer en la Iglesia, generando controversia con sus declaraciones en la Universidad de Lovaina. También destacó la beatificación de Ana de Jesús durante la misa, y sus esfuerzos por la reforma de la orden carmelita. Francisco subrayó la importancia de escuchar a los indocumentados, explicando que son personas con aspiraciones legítimas, frecuentemente explotadas. En un gesto significativo, la organización del evento eliminó una canción compuesta por un condenado por abuso sexual, ejemplificando un compromiso hacia una mayor transparencia y justicia. Además, en su visita a la tumba del Rey Balduino, elogió la «valentía» del monarca por rechazar la ley del aborto en 1990, renunciando temporalmente al trono.
Leer noticia completa de Internacional en El Independiente.