El papa Francisco continúa internado en el hospital Gemelli de Roma desde hace 11 días debido a una neumonía bilateral que lo ha mantenido en condiciones críticas. Los comunicados oficiales emitidos indican que, aunque presenta una leve mejoría, no hay cambios significativos desde el último boletín. Los médicos informaron que el Papa sufrió crisis respiratorias, anemia e insuficiencia renal leve, pero estas complicaciones han sido superadas, según el parte médico más reciente que lo describe con un pronóstico reservado pero alentador. Se destacó que la oxigenoterapia está siendo reducida gradualmente y que Francisco ha retomado algunas de sus actividades, como trabajar y comunicarse por teléfono con comunidades necesitadas para expresar su apoyo.
A pesar de los avances, el Papa, de 88 años, continúa en riesgo debido a una infección polimicrobiana que incluye virus, hongos y bacterias. Su equipo médico insiste en que aún hay posibilidades de recaídas, aunque aclaran que Francisco no tiene otras patologías y su corazón está funcionando perfectamente. Desde 2023, el pontífice ha experimentado problemas respiratorios con el frío, agravados recientemente por una bronquitis persistente. Decidió ingresar en el hospital el 14 de febrero tras notar un aumento de la fatiga al respirar y hablar. Aun cuando mantiene su característica diligencia en el trabajo, las autoridades del Vaticano aseguran que Francisco se encuentra de buen ánimo y sigue el tratamiento con optimismo.
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