El Papa Francisco realizó una visita a la prisión Regina Caeli en el barrio romano de Trastevere, donde se reunió con aproximadamente 70 reclusos. La comitiva que lo acompañaba ingresó a la cárcel poco antes de las 15.00 horas, y la visita concluyó en un lapso relativamente breve de 20 minutos. Durante su encuentro con los internos, Francisco compartió palabras de esperanza y aliento, en una muestra de su continuo compromiso con los sectores más vulnerables y marginados de la sociedad. La visita no solo tuvo un impacto espiritual, sino que también puso de relieve la importancia de la dignidad humana, incluso en contextos como el sistema penitenciario.
Esta no es la primera vez que el Papa Francisco se involucra directamente con personas privadas de libertad, reflejando así su carácter pastoral y su enfoque directo en las obras de misericordia. Promoviendo un mensaje de reconciliación y redención, Francisco instó a los reclusos a mirar al futuro con esperanza. Este gesto se enmarca dentro de una serie de acciones papales que buscan reforzar la inclusión social y la empatía hacia todos los individuos, independientemente de su situación. La visita, aunque breve, tuvo una significativa repercusión emocional tanto para los internos como para la institución en sí, subrayando la capacidad del Pontífice para tender puentes en ambientes complejos y desafiantes.
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