El Papa Francisco ha ordenado la disolución del Sodalicio de Vida Cristiana, una sociedad de vida apostólica peruana establecida en 1971 por Luis Fernando Figari, después de que la organización fuera acusada de abusos físicos y espirituales. La medida, anunciada el lunes, sigue a una investigación del Vaticano que reveló «sádicos» abusos de poder y espiritualidad. Medios peruanos informan que el proceso de disolución está en curso, mientras las autoridades eclesiásticas determinan los pasos a seguir. El escándalo del Sodalicio resuena en un contexto más amplio de denuncias de abusos sexuales en la Iglesia, reflejado en un reciente informe que documenta 1.383 denuncias y 2.056 víctimas.
El caso ha generado un amplio rechazo en Perú, con la Conferencia Episcopal Peruana justificando las expulsiones de 10 miembros del Sodalicio en septiembre último debido a «casos de abuso físico, incluso con sadismo y violencia». Carlos Castillo, obispo de Lima, ha criticado duramente a la organización, aseverando que sus prácticas han «destruido emocional y físicamente» a numerosas personas, equiparándolas a técnicas psicosociales dignas de dictaduras opresivas. Esta decisión del Papa marca un hito en los esfuerzos del Vaticano para abordar de manera más decidida los casos de abuso dentro de la Iglesia Católica, subrayando el compromiso de Francisco con una política de tolerancia cero.
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