El precio del oro ha alcanzado un nuevo máximo histórico, superando los 4,000 dólares por onza este martes, marcando una tendencia ascendente que se ha mantenido a lo largo del año con un incremento del 49%. Este fenómeno se producía en un contexto de incertidumbre económica, incluyendo el cierre parcial del Gobierno Federal de Estados Unidos y tensiones políticas en Francia, donde el presidente Emmanuel Macron ha solicitado acciones para superar un estancamiento político. La creciente revalorización del oro ha sido impulsada por las compras masivas de bancos centrales, especialmente en mercados emergentes, que buscan diversificar sus reservas y reducir su dependencia del dólar.
Los analistas apuntan que el oro, como activo refugio, está respondiendo al aumento de la ansiedad geopolítica derivada de conflictos como la guerra en Ucrania y la tensión en Gaza, y se prevé que su precio se mantenga elevado en el futuro cercano. Con el dólar debilitándose y un potencial incremento de tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, la demanda de metales preciosos, incluido el oro y la plata, continúa creciendo. A lo largo del año, la plata también ha visto un incremento significativo, acercándose a su mejor rendimiento desde 2010. Las expectativas apuntan a que esta tendencia podría continuar, con los inversores permaneciendo activos en el mercado de metales preciosos.
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